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Ruidos molestos, borracheras en la calle y amenazas se disparan en pandemia

Estadísticos de la Subsecretaría de Prevención del Delito confirmaron las denuncias de los vecinos, quienes insisten en la falta de fiscalización en los barrios. Carabineros y municipios aseguran que se están trabajando estas incivilidades.
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Pedro Bárcena González

La pandemia del covid-19 ha mostrado dos caras en materia de seguridad pública en la provincia. Por un lado, los delitos de mayor connotación han experimentado una ostensible baja; mientras que por otro, las incivilidades se han disparado en algunas materias. Un fenómeno que ya advertían los dirigentes vecinales al comienzo de la contingencia sanitaria y los confinamientos.

Justamente, los datos del Centro de Estudios de Análisis del Delito (CEAD) ratifican las denuncias de los líderes sociales, que se han mostrado preocupados por la realidad en los barrios, más allá del descenso en los ilícitos más graves (20% menos este año hasta el 8 de noviembre, en comparación con igual periodo del 2019, según el Sistema Táctico de Operación Policial de Carabineros).

De acuerdo a los estadísticos de esta plataforma de la Subsecretaría de Prevención del Delito, contemplando el segundo y tercer trimestres de este 2020 -pleno Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe y toque de queda-, la principal alza en las incivilidades con respecto al mismo semestre móvil de la temporada pasada se observa en los ruidos molestos en Chiloé.

Incluso, este indicador incluye solo los casos policiales (denuncias y detenciones flagrantes) entre abril-junio. 100 fueron los procedimientos, equivalentes a un incremento de 108 por ciento.

Otro fenómeno alarmante es el consumo de alcohol en la vía pública. Mil 13 casos se registraron entre abril-septiembre, un 13% más que igual período del año pasado.

Por su parte, el comercio ambulante o clandestino en el Archipiélago aumentó un 37,5% (9 casos más este 2020), mientras que las 737 amenazas recogidas por las policías implicaron un alza de 5,4% con respecto al 2019.

Asimismo, otras incivilidades, como la falta de iluminación en sectores públicos o la presencia de perros en situación de calle, crecieron un 86,6% en este tiempo de aislamiento social.

Reacciones

Bajo este escenario, Adriana Gallardo, presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos Urbanas de Ancud, señaló que en las poblaciones las problemáticas generan sensación de inseguridad.

"Hay que buscar una forma de proteger los barrios, que exista mayor fiscalización", apuntó la dirigenta, reconociendo también que por la crisis sanitaria la labor policial ha extendido sus alcances.

Por su parte, Claudia Placencio, directora de Seguridad Pública del municipio ancuditano, reconoció que las principales incivilidades identificadas en contacto con los mismos pobladores "son los ruidos molestos, los perros vagos, los problemas de iluminación, consumo de alcohol en las calles", detalló.

La socióloga aclaró que, considerando el mismo contexto de pandemia, se han realizado reuniones acotadas con los intervinientes. "Así avanzamos mientras salen requerimientos de la comunidad", añadió, sumando que se han solicitado intervenciones en algunos sectores.

"San Valentín, Bellavista, Pudeto, Primero de Mayo, Altos de Caracoles y en otros lugares, igual urbanos, se han pedido operativos y fiscalizaciones. Tampoco dejamos pasar áreas rurales, como un reciente encuentro por Zoom con Los Mañíos. Sí, tenemos interacción y vinculación con los vecinos, a quienes invitamos a comunicarse con nosotros", sostuvo la profesional.

En tanto, el mayor Sergio Urrutia, jefe de la Primera Comisaría de Carabineros de Ancud, resaltó que se están efectuando servicios preventivos por estas problemáticas, en especial entre los jueves y sábados.

"Se realizan controles para prevenir estas incivilidades. De forma permanente se revisan las estadísticas y por medio de la Oficina de Integración Comunitaria estamos levantando información para orientar los dispositivos para mitigar estas faltas", justificó el oficial, sumando que se han ampliado estos operativos por la tarde y noche con apoyo de personal administrativo.

Castro

Una visión muy crítica manifestó Paola Domic, presidenta del Comité de Seguridad Ciudadana de Castro, por esta alza de casos que generan intranquilidad, acusando falta de coordinación institucional.

"El tema del control del toque de queda no sabemos ya a quién le corresponde. Los índices de delincuencia, violencia y alcoholismo suben porque ya no sabemos a quién llamar. No vemos a las policías o las Fuerzas Armadas en las calles, tampoco hemos tenido contacto con las autoridades", explicó la líder social.

Además, la fuente puntualizó que no se respeta el horario de confinamiento y que las dudas de los dirigentes no son atendidas.

"No sabemos los roles de las instituciones, las cámaras de seguridad del municipio no sé si ayudan en algo, La Oficina de Seguridad Pública no sabe los problemas que tenemos. Los fiscalizadores municipales tampoco alivianan la pega de la policía", sentenció, concluyendo que los organismos "trabajan a puertas cerradas y a los dirigentes nos están dejando afuera".

Por su parte, la titular de la cuestionada Dirección de Seguridad Pública, Lorena Barría, replicó que en este período de pandemia se ha fortalecido la articulación con los estamentos afines.

"Hemos tenido un buen trabajo con los inspectores municipales que ya son validados por Autoridad Sanitaria para ayudar en las patrullas de control", defendió la funcionaria, quien valoró el aporte del sistema de televigilancia y la línea 1427, "recibiendo requerimientos y resolviendo problemas".

Otro punto que tocó la profesional fue la aprobación de la ordenanza de ruidos molestos. "Estará vigente desde el 1 de enero del 2021, siendo este uno de los temas más recurrentes, en especial los fines de semana en cuarentena dentro de las incivilidades", finalizó la encargada.

"(Las instituciones) trabajan a puertas cerradas y a los dirigentes nos están dejando afuera".

Paola Domic,, presidenta del Comité de Seguridad Ciudadana de Castro

Quellón

En Quellón también se está trabajando por las incivilidades. Como consignó el mayor Iván Ulloa, jefe de la Sexta Comisaría de Carabineros local, los ruidos molestos están en la vanguardia, junto a otras problemáticas delictivas, como la violencia intrafamiliar y las lesiones (entran en delitos de connotación). "Se actúa focalizadamente, con servicios extraordinarios que tienen como misión el control de estos hechos, además de la fiscalización constante, con controles aleatorios en la comuna", aclaró.

Además, el oficial relevó la importancia de la denuncia. "Instamos a notificar estas problemáticas, así podemos focalizar de mejor manera nuestra función", añadió, sumando que "igual levantamos los factores de riesgo que son informados al municipio y otros servicios públicos, para ser subsanados y así no ayuden a la comisión de delitos".

3.294 casos de incivilidades se registraron entre abril-septiembre de este año, según el CEAD.

108% aumentaron los ruidos molestos en tiempo de pandemia en Chiloé, con repecto al 2019.

360 otras incivilidares se contabilizaron en la provincia. Un 86,6% más que el 2019.

30% bajaron los delitos de mayor connotación en Chiloé, dentro de este mismo lapso temporal.