Vecinos exigen soluciones integrales para enfrentar la crisis hídrica en Ancud
Fenómeno afecta también a las fuentes de agua de animales y siembras.
El archipiélago de Chiloé, una zona que se presume abundante en agua con una precipitación promedio de mil 800 milímetros cada 365 días, paradójicamente en los últimos años enfrenta la amenaza de una crisis hídrica en aumento. Esto junto a los vacíos institucionales y legales, favorecen el uso irracional del vital elemento con efectos negativos para las comunidades, además de la biodiversidad.
Dentro del actual contexto de pandemia de covid-19, según un estudio realizado por la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo, una de las comunas más críticas con la escasez del agua en la provincia es Ancud, en especial el área rural.
Además, de acuerdo a algunos datos elaborados por investigadores de la Estación Biológica Senda Darwin y del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), respecto a los usos prioritarios del agua a nivel provincial, el 98,9% de las personas establece al agua como prioridad para el "consumo humano", seguido por el "uso agropecuario" con un 82,1% y notablemente se instala en tercer lugar el "uso medioambiental" con un 76,4%.
Comunidades
Pese a que ya estamos en otoño, lo cual debiera significar un alza en las precipitaciones, la agobiante escasez hídrica que afecta al territorio sigue siendo una constante.
Así lo manifestó José Otey, presidente de la Junta de Vecinos de Guapilacuy, que representa a más de una centenar de familias.
"Estamos igual que todos, tenemos un APR (Agua Potable Rural) que en estos minutos igual nos está fallando el agua, la municipalidad está apoyándonos con uno, dos, o tres camiones (aljibes), lo que más se puede llevar de agua para la gente. Lo que pasa es que mucha gente abandonó sus pozos, no los siguieron cuidando, por lo tanto se escasea el agua, sobre todo para los animales", recalcó.
Sumó el dirigente que "yo hace tiempo que estoy peleando en mi comunidad porque tenemos un humedal grande en la laguna para cerrarla, y por último eso nos sirve para los animales, pero no he tenido ayuda, ojalá ahora podamos hacerlo más adelante porque todos los años vamos a tener el mismo problema".
Para los pobladores del mundo campesino, con el correr de los años han continuado ejecutándose una serie de medidas "parche" que debe ser erradicadas, para dar paso a soluciones más sustentables, en una responsabilidad que pertenece íntegramente a las autoridades ligadas al tema.
"Los camiones son para pasar el día a día, pero la solución completa no es, porque el agua es esencial", afirmó el dirigente.
Mucho más crítica fue la postura de Lucy Güineo, dirigenta del sector de Lapahue, quien alerta sobre una situación que está llegando a ser dramática en Ancud, en una sequía que persiste con factores naturales extras, como baja en el caudal de los ríos, logrando que un alto porcentaje de la masa de ganado y las siembras, respectivamente, comiencen a perderse.
"Tenemos problemas de agua y cada año va siendo peor. Nadie se hace cargo de esa crisis hídrica. En lo que más nos afecta es en el tema de las plantaciones, los animales, porque en el fondo hoy en día las comunidades que están como organizadas, el municipio está llevando agua como para el consumo humano, pero no así para las siembras o animales", argumentó la fuente.
Si bien el consistorio ancuditano ha tomado parte en ciertas soluciones y medidas preventivas ante el complejo escenario, con el objetivo de asegurar el acceso al agua para estas zonas, la pobladora fue enfática al momento de señalar que una solución "parche" como son los camiones aljibes, se transforme en una realidad o una solución definitiva porque no alcanza.
"El agua que se utiliza, que da la municipalidad a través de camiones aljibe uno trata de reciclarla, es lo que se está haciendo, hoy en día la mayoría de los vecinos trata de reciclar el agua, o en la noche dejar recipientes. Como ahora en las noches cae más sereno como se dice, también se colocan recipientes en las esquinas de los techos y las bodegas, o en la misma casa para reciclar el agua", detalló.
Asimismo, añadió que "el caudal del río, por ejemplo, este verano como nunca estuvo muy bajísimo. Haría muchos llamados a las autoridades; primero les diría que haya más fiscalización a corredoras de propiedades que vienen a comprar cantidades de hectáreas acá en Chiloé, se van a parcelamiento y talan hasta los bordes del río sin control".
Perjuicio
Con un emplazamiento final hacia los entes respectivos, a fortalecer los controles en temas como la desforestación, la líder campesina hizo hincapié en el trabajo de las corredoras de propiedades. Para Güineo, lo reiterativo de estas acciones no solo generan una gran antipatía en la comunidad, sino que provocó que muchas personas de sectores aledaños se vean altamente perjudicadas.
"En Lapahue, mi comunidad pasó eso, se solicitó a Conaf la fiscalización, está en Fiscalía y ahí lleva como dos meses, no nos han citado, y eso hace que los mismos caudales de los ríos o riachuelos bajen. Así se va produciendo la sequía y a estas corredoras nadie las controla. Nosotros en mi comunidad estamos tomando conciencia sobre el tema del agua, pero las autoridades hoy día les interesa el comercio, el impuesto, y no les interesa la vida del campesino, del agricultor", sentenció la dirigenta.
Daniel Pantoja, presidente de la Federación de Uniones Comunales Rurales de Chiloé (Feocoruch), subrayó que para escapar de la problemática de déficit hídrico, contar con agua de calidad y al largo plazo, es indispensable mejorar el uso que los seres humanos hacen de los ecosistemas, donde son relevantes la mantención de las diferentes formas de vida, el suelo y el agua.
No obstante, para materializar estos anhelos, el profesional indicó que se requiere de una mayor voluntad política para avanzar en mejores acciones públicas.
"Es un tema que estamos cansados de venir diciéndolo, de hecho nosotros hemos participado en cuatro cabildos (del agua), en donde se han planteado cuáles han sido las problemáticas y las soluciones de fondo. Aquí hay una falta de voluntad política de enfrentar la situación de forma seria y sostenida", acotó.
Puntualizó que "como no es un problema solamente de tiempo de verano, las autoridades aguantan ese periodo y después todo el mundo se olvida y todos tenemos agua. Pero no existe voluntad política de ningún nivel, ni siquiera comunal, provincial, regional, ni a nivel de gobierno, entonces qué más podemos hacer los dirigentes".
Bajo este escenario, Pantoja adjuntó que "nosotros no estamos exigiendo que hayan más camiones aljibe solamente para el verano, estamos pidiendo soluciones de fondo, de manejo de cuencas, no más extracción del pompón, del manejo de los bosques nativos, buscar soluciones más estables".
Municipalidad
Pese a la pandemia, la Oficina del Agua de la Municipalidad Ancud, ha mantenido su trabajo relacionado con la entrega del agua potable en sectores rurales e inclusive urbanos.
Así lo comentó Soraya Flandez, encargada de dicha repartición. "Actualmente, están trabajando específicamente en la entrega de agua a través de camiones aljibes en cerca de 45 comunidades del sector rural y también en la parte urbana. Desde enero a la fecha ha cambiado la situación. En enero teníamos cerca de 350 familias, hoy de manera permanente tenemos casi 700 familias y flotantes a veces suben a 800", detalló.
Para la funcionaria, el factor climático sigue siendo determinante. "El clima no nos ha dado tregua, por lo mismo, hemos tenido que recurrir a varias instancias, entre esas se encuentra un camión más financiado por el Gobierno Regional, por la Intendencia específicamente", recalcó.
En la búsqueda de soluciones mucho más integrales, la empleada municipal consignó que "nosotros estamos levantando información, actualizándola en todos los sectores donde estamos distribuyendo agua. Este levantamiento de información se hace idealmente en los sectores rurales. Vamos con un equipo de la Dirección de Desarrollo Comunitario, con trabajadoras sociales, las cuales aplican los informes sociales".
Expuso que "el trabajo que se hace no tiene solo el único objetivo de levantar la información social, sino además conocer a la comunidad, conocer el territorio, conocernos con las personas, conocer la realidad de cada una de las familias porque cada una de las familias es distinta, ver cuál es la situación de sus pozos".
Tras la solicitud de un diagnóstico sobre el impacto de las condiciones agrometeorológicas en la agricultura regional durante el periodo estival, el Comité de Gestión Integral de Riesgos descartó que se esté frente a una emergencia agrícola en el territorio a raíz de la disminución de precipitaciones y al aumento de las temperaturas durante los últimos meses de verano.
El seremi de Agricultura, Eduardo Winkler, quien preside este comité, solicitó un informe detallado a los servicios del agro (INIA, SAG, Indap y Conaf) sobre el efecto de las condiciones meteorológicas, cuyos resultados coincidieron en que no se está frente a una situación excepcional de déficit hídrico, sino recurrente y, para el caso de esta temporada, fue anunciado con antelación.
Fenómeno
Incluso, en octubre pasado, la Seremi de Agricultura alertó sobre la presencia del fenómeno de La Niña, realizó capacitaciones y llamó a los productores locales a ajustar sus procesos productivos de acuerdo a las proyecciones climáticas.
"Estamos frente a un déficit hídrico tardío, menor al que se había proyectado inicialmente por el fenómeno de La Niña. Afortunadamente, la disminución de las precipitaciones sucedió luego del periodo en que habitualmente se produce forraje en nuestra región", dijo el personero.
Añadió Winkler que "hemos evidenciado daños y disminución de la producción en sistemas ganaderos en algunos predios que no ajustaron sus procesos o no se prepararon adecuadamente para estas condiciones ya anunciadas".
Incorporó la fuente que "igualmente, observamos, en otros casos, daños en praderas que se arrastran hace ya varias temporadas. Es por eso, que hemos decidido adelantar la entrega de algunos instrumentos de apoyo financiero de Indap para apoyar a la pequeña agricultura, pero descartamos que estemos frente a una emergencia agrícola, ya que ésta se registra ante una condición excepcional o catástrofe".
800 llegan a ser las familias apoyadas con la entrega de agua en Ancud con aljibes.
82,1% de las personas de un estudio priorizó el uso agropecuario del agua en la zona.