"En la actuación no sirve la figurita sola, se necesitan buenos equipos"
La actriz protagoniza "Bambalinas de Sangre", un híbrido entre teatro y cine sobre la envidia en las tablas.
Javiera Palta Olmos
De acuerdo a la actriz Francisca Imboden, para que una obra o teleserie tenga éxito, lo esencial es el buen ambiente del elenco. "Esa idea se reformó mucho ahora, viendo teleseries antiguas", dice.
"Ahí habían figuras, obvio, pero nunca se pensaba en escalafones, era un trabajo mancomunado. Eso también se puede ver en las teleseries de ahora cuando les va bien. Por ejemplo en 'Papá a la Deriva' donde éramos un grupo que pensaba siempre en equipo. La cosa no sirve si no es en grupo, no sirven la figurita sola ni el pensamiento de 'este personaje es chico', porque lo que uno está haciendo es importante para todos", explica.
Y eso es exactamente lo contrario que muestra "Bambalinas de Sangre", un híbrido entre película y teatro que se estrenaró de forma online a través del Teatro Nescafé de Las Artes. La historia se ubica en los años '60, cuando una joven directora (María Gracia Omegna) reúne a una destacada actriz (Carmen Disa Gutiérrez) con una estrella de la fotonovela (Imboden) para crear un montaje que promete ser el éxito de las tablas.
Sin embargo, hay un problema. Las actrices se odian a muerte, provocando misteriosos eventos en los que varias mujeres corren peligro.
"Aquí hay unas luchas de poder y de ego. La directora quiere perpetuarse en el imaginario colectivo como una de las mejores directoras y en realidad ella y las cuatro actrices involucradas tienen su problema con el ego. El mío es que siempre se ha sentido menos y la han tratado de esa forma porque todos la ven como la diva de las fotonovelas. Entonces siente unos celos profundos contra Margot Miranda, que es la Carmen Disa, una diva teatral validada por todos. Todo nace de la inseguridad y cinismo de que al final las dos son buenas actrices. Al final da la sensación de que cualquiera de las cinco tiene motivo para matar a cualquiera otra de las cinco, o al menos ganas", menciona entre risas.
-Es un ambiente laboral muy tóxico...
-(Risas). Sí, total. Ahora, tiene partes luminosas pero en el fondo lo que estamos hablando de eso, de la inseguridad del creador, la búsqueda de que tu entorno te valide.
-¿Es difícil hacer terror en este formato?
-En ese sentido ayuda que sea algo audiovisual. Siento que el relato de terror es más bien algo del género audiovisual porque se afirma muchísimo en la estética, en el giro de cámaras, en la música que le pongas, en el primer plano, en el ojo. La verdad es que no me ha tocado ninguna obra de terror 100% en escena, creo que al tener a un actor al frente en un escenario que tú sabes que está habitado desde las bambalinas, hace difícil pedirle al público que se entregue al miedo.
-Ahora se está transmitiendo "Romané", ¿la has visto? ¿Te trae nostalgia?
-No la he visto porque no tengo tiempo. Pero me suelen mandar escenas y obvio que las veo y es súper emocionante. Igual hace un tiempo vi escenas de "El Circo de las Montini" y remiré a la Jessica, un personaje que era muy calladita, es muy contraria a todos mis personajes. Me gustó mucho hacer ese trabajo. Aunque no me he olvidado de ninguno.