El insomnio es un factor de riesgo ante un aneurisma
Predisposición a este trastorno del sueño se asoció con un 24% más de peligro.
N. E. - Medios Regionales
El insomnio puede ser un factor de riesgo de hemorragia cerebral por un aneurisma roto, tal como lo son el tabaquismo y la presión arterial alta. Esto, según una nueva investigación publicada esta semana en el Journal of the American Heart Association (Revista de la Asociación Americana del Corazón).
El estudio especifica que más del 3% de los adultos en todo el mundo tienen malformaciones de vasos sanguíneos no rotos en el cerebro llamadas aneurismas intracraneales, la mayoría de los cuales nunca se romperán. No obstante, hay un pequeño porcentaje (2,5%) que sí se romperá, lo que provocará una hemorragia subaracnoidea (HSA), también conocida como hemorragia cerebral.
La HSA es un accidente cerebrovascular que ocurre cuando un vaso sanguíneo en la superficie del cerebro se rompe y sangra en el espacio entre el cerebro y el cráneo.
"Los aneurismas rotos son muy mortales. Por lo tanto, es extremadamente importante identificar los factores de riesgo modificables que pueden ayudar a prevenir la rotura de los aneurismas", dijo la autora del estudio Susanna C. Larsson, Ph. D., profesora asociada en la Unidad de Enfermedades Cardiovasculares y Nutricionales Epidemiología en el Karolinska Institutet en Estocolmo (Suecia).
Tomando en cuenta esto, Larsson y su equipo buscaron determinar si varios factores estaban asociados con el aneurisma intracraneal y/o la ruptura del aneurisma.
Estudiaron factores de riesgo establecidos como el tabaquismo y la presión arterial alta y también evaluaron lazos entre los aneurismas y el consumo de café, el sueño, la actividad física, el índice de masa corporal (IMC), los niveles de glucosa en sangre, la diabetes tipo 2, la presión arterial, el colesterol, la inflamación crónica y función renal.
Tras el estudio y comparación de decenas de miles de casos, el equipo halló que una predisposición genética al insomnio estaba asociada con un aumento del 24% en el riesgo de aneurisma intracraneal y hemorragia subaracnoidea aneurismática.