Pedro Bárcena González

Privado de libertad en su domicilio quedó durante la jornada de ayer un joven sindicado como responsable de sistemáticos ataques sexuales contra la hija de quien era su conviviente. Por cerca de tres años se habrían extendido los ultrajes, en la casa que compartían en Ancud.

Desde octubre pasado se extendió la indagatoria desjudicializada por parte de la Brigada Investigadora de Delitos Sexuales (Brisex) local, luego de la denuncia realizada por la madre de la pequeña, quien habría sufrido esta pesadilla desde que tenía apenas 7 años. Pese a la tardía develación, se logró reunir antecedentes para encaminar el caso.

Así lo indicó el subprefecto Mauricio Espinoza, jefe de la unidad policial especializada del norte de la Isla, quien especificó que tras la notificación de los hechos comenzaron las pesquisas de los detectives, que se sumaron al trabajo científico-técnico instruido por el Ministerio Público.

"El equipo investigativo de la unidad logró reunir evidencia y pruebas irrefutables contra el imputado, que incluyó la declaración de la madre y la víctima , además del examen sexológico", detalló el oficial.

Todo este cúmulo de información dio cuenta que el encartado, "realizó actos de connotación sexual en forma reiterada a la hija de su exconviviente, hechos ocurridos entre los años 2013 y 2015, comenzando cuando la menor tenía 7 años de edad", insistió el jefe policial.

Los antecedentes recopilados en los cerca de tres meses de pericias fueron puestos a disposición de la Fiscalía de Ancud que gestionó la respectiva orden de detención contra el imputado, la cual se materializó la jornada del jueves con la aprehensión del sujeto de 36 años.

De esta forma, el encartado fue sometido este viernes a la audiencia de control de la detención en el Juzgado de Garantía local, donde no se cuestionó el procedimiento de la Brisex, en base a su sustento judicial.

Asimismo, la fiscal Pilar Werner formalizó al joven por los delitos de abuso sexual impropio y violación de menor de 14 años, ambos en carácter de reiterados. Además, remarcó que "se solicitó la medida cautelar de prisión preventiva", por la gravedad de los delitos y las penas asociadas a los mismos, señalando que la libertad del sujeto constituye un peligro para la seguridad de la menor.

La petición contó con la oposición inmediata del defensor Carlos Barahona, quien junto con calificarla como desproporcionada, señaló que a esta altura de la indagatoria no existirían antecedentes suficientes para sustentar la existencia de los delitos, como la participación de su representado. Además, sumó que el joven tiene irreprochable conducta anterior.

"En la audiencia nos opusimos a la prisión preventiva alegando que existían inconsistencias en los presupuestos materiales, fundamentalmente en cuanto a la necesidad de cautela argumentamos que la cautelar invocada es de última ratio (recurso final para proteger bienes jurídicos) y por eso se debe imponer cuando no existen otras medidas que permitan asegurar los fines que establece el legislador", precisó el abogado.

Resolución

Considerando estas alegaciones, el magistrado Nicolás Santibáñez descartó la precautoria invocada por el Ministerio Público y dictó el arresto domiciliario total, el arraigo nacional, como también la prohibición del imputado de acercarse a la afectada.

Igualmente, se estableció un plazo de 60 días para llevar a cabo las diligencias formalizadas.

"El equipo investigativo de la unidad logró reunir evidencia y pruebas irrefutables contra el imputado".

Mauricio Espinoza,, jefe de la Brisex Ancud.

Los conductores no aprenden la lección en la Isla. Otra vez, la ingesta de alcohol al manejar generó un violento siniestro vial en Castro. A la altura del cruce La Chichería, en el ingreso norte a la ciudad, una camioneta conducida por un joven de 36 años en estado de ebriedad impactó a un minibús.

El hecho se produjo alrededor de las 23 horas del jueves, en los momentos que el vehículo menor avanzaba hacia el norte y por la condición etílica de su chofer, salió del eje central de la calzada para colisionar a la otra máquina que se trasladaba en sentido contrario.

Según indicó el mayor Gustavo Guajardo, jefe de la Segunda Comisaría de Carabineros local, que abordó el procedimiento, el personal que se constituyó en el lugar "detuvo al conductor de la camioneta al constatar que presentaba fuerte hálito alcohólico, tenía inestabilidad al caminar, incoherencia al hablar. Además, en la prueba respiratoria marcó 3,83 gramos de alcohol por litro de sangre".

Junto con remarcar que el imputado fue el único lesionado, el oficial detalló que "esta persona tampoco tenía licencia de conducir", mientras que el otro conductor, de 46 años, mantenía toda su documentación al día y no marcó graduación etílica en el Intoxilyzer.

De esta forma, el imputado fue puesto a disposición del Juzgado de Garantía de Castro, donde ayer se acreditó la legalidad de su detención y fue formalizado por manejo en estado de ebriedad con resultado de daños, sin obtener licencia.

Como se informó, en un requerimiento inmediato por parte de la fiscal (s) Pamela Saldivia, el joven fue condenado por este delito a una pena sustitutiva de 300 días de presidio.

Según el defensor Darwin Loreto, "se le conmutó la sanción por 400 horas de servicio comunitario".