"Las emociones son el lenguaje que tiene el propósito"
La profesional propone algunas claves para encontrar la motivación intrínseca.
Natividad Espinoza R. Medios Regionales
Como la "razón de ser" definen varios libros de autoayuda el "propósito" de las personas y aseguran que los que encuentran el suyo son felices.
Sharoni Rosenberg, abogada de profesión, dice que su propósito es "despertar el interés de las personas por una vida con propósito". Además, es la autora del libro "El propósito no era lo que yo creía", dicta charlas sobre el tema y entrega a este medio algunas claves para encontrar el deseado propósito.
-¿Qué es para ti el propósito?
-Para mí el propósito es una filosofía de vida en la que uno ve de acuerdo a su auténtica intención. Esto cambia mucho el paradigma con el que yo empecé mi investigación, que era que el propósito era algo que se encontraba afuera, como la profesión que estudiaste, el trabajo que tienes o los talentos que tienes. Estuve mucho tiempo pensando en si hice lo correcto, si estudié lo que tenía que estudiar y eso genera ansiedad. Me di cuenta que el ejercicio es el contrario: en vez de buscar afuera y cambiar cosas afuera hay que cambiar adentro.
-¿Cómo se busca el propósito?
-Uno se empieza a escuchar, a escuchar su intención, o sea cuáles son tus reales deseos. Vivimos sin propósito porque vivimos satisfaciendo las expectativas del resto, de lo que la sociedad o la culura espera de lo que sea el éxito y nos damos cuenta que eso nos va generando un vacío porque estamos siendo fieles a los otros y nos estamos abandonando a nosotros. El propósito tiene que ver con mirar de adentro hacia afuera. Por eso, la clave es el autoconocimiento.
-Últimamente se habla mucho de autoconocimiento.
-Sí, está muy trillado, pero ¿no llama la atención que esté tan trillado? Es que justamente mirándose a uno mismo, reflexionando, meditando, estando en silencio uno se va dando cuenta de qué hay debajo de todas esas capas que hemos construido porque creíamos que teníamos que ser de tal forma. Y ahí es cuando uno se conecta con su propósito. Es importante empezar a observar las emociones que nos generan las experiencias. ¿Por qué esto me gusta? ¿Por qué esto me genera rechazo o me da pena? Las emociones son el lenguaje que tiene el propósito para acercarnos o alejarnos de lo que realmente somos.
-¿Cómo sabe una persona que encontró su propósito?
-No te lo podría decir porque no es algo que se alcance alguna vez, pero uno siente paz cuando piensa que está haciendo las cosas correctas. Hay una sensación de convicción, de certidumbre de que las cosas van a salir bien.
-¿Qué errores cometen comúnmente las personas durante su búsqueda del propósito?
-Creer que tiene que ver con lo que estudiaste, con el trabajo que tienes o el lugar donde vives, tus circunstancias. La verdad es que todos los trabajos tienen un potencial de activar tu propósito, si estás al servicio, si te entregas, todo trabajo tiene esa potencialidad.
-¿Y si te das cuenta de tu propósito pero no tiene nada que ver con lo que estás haciendo?
-Te pueden pasar dos cosas: te puedes dar cuenta que en lo que estás es (tu propósito), pero tienes que cambiar tu actitud frente a eso o te puedes dar c uenta que lo tuyo es totalmente distinto a en lo que estás hoy y yo recomiendo mucho un plan de transición.
-¿Qué es un plan de transición?
-Tener actividades complementarias que nos llenen el alma nos va a servir para tener un equilibrio por harto tiempo. Por ejemplo hacer voluntariados, deporte, los hobbies, la familia, conectarse con eso y de a poco ir haciendo un plan de transición para reinventarte y sacarnos estos prejuicios de que yo soy lo que estudié. Lo que cuesta no es hacer algo distinto, lo que cuesta es sacarnos la etiqueta de lo que creemos que somos. Ese cuento nos cuesta mucho más.
-Algo así debe pasar con lo que piensan los demás de uno...
-Es triste lo que te voy a decir, pero los cambios radicales de desapego que he visto son cuando las personas se acercan a la muerte. Pensar que la vida es finita, que alguien cercano se muera. Saber que la vida tiene fin nos hace tomar el coraje para actuar ahora y no seguir postergando. Uno cree que todo lo puede hacer más adelante, pero no. La muerte, aunque suene paradójico, nos ayuda a conectarnos con lo valioso de la vida.