La cara oscura de La luz del Mundo arriba como documental a HBO
La iglesia cristiana, que aún no se califica como secta, ha sido acusada por décadas de abusos sexuales y agresiones a una decena de víctimas.
EFE - Medios Regionales
Aunque ni los teólogos coinciden en calificar a la iglesia cristiana La Luz del Mundo como una secta, casi un siglo después de su fundación, ya no hay dudas de las agresiones sexuales y los abusos a menores que perpetraron sus cabecillas durante las últimas décadas.
Una dinámica de prácticas salvajes que son retratadas en el documental "Unveiled: Surviving La Luz del Mundo", que acaba de estrenarse en HBO, usando como hilo conductor los desgarradores testimonios de casi una decena de víctimas, sobre todo mujeres.
"Creo que hay gente maravillosa dentro de La Luz del Mundo, pero desafortunadamente sus líderes han estado abusando de ellas y de su poder durante años", puntualizó a EFE Jennifer Tiexiera, directora de esta docuserie de tres capítulos.
El actual líder de la institución, Naasón Joaquín García, se declaró culpable de abuso sexual ante un tribunal de Los Ángeles (Estados Unidos) hace 6 meses y se encuentra cumpliendo una pena de cárcel que podría mantenerlo hasta 17 años.
La Luz del Mundo fue fundada en 1926 por el mexicano Eusebio Joaquín González y su legado lo continuó su hijo, Samuel Joaquín, hasta su fallecimiento en 2014, dejando a Naasón Joaquín, nieto de Eusebio e hijo de Samuel, al frente de la organización.
Algunas víctimas que aparecen en la producción salieron de su anonimato para denunciar el régimen de terror instaurado en esta suerte de culto que considera a su líder como 'Apóstol', divinidad y reencarnación de Dios en la Tierra.
El relato de sus experiencias supone una descripción atroz de depravados episodios en los que se incluyen violaciones, humillaciones, uso de drogas, coacción a menores para que participaran en orgías e incluso amenazas para que accedieran a practicar sadomasoquismo.
Todo en un hermético ambiente de secretismo en el que debían "sentirse bendecidos" por pasar tiempo con 'El Emisario de Dios' y no contar nada de lo ocurrido o, de lo contrario, serían excomulgados y desterrados ante sus allegados.