Mary Ruefle o la divinidad de reescribir lo más pequeño
La obra de esta autora apunta a los detalles de la cotidianidad, como pájaros en ventanas de la ciudad o cabezas reducidas en un museo. En Chile acaban de traducir sus ensayos y hace unos años debutó con poemas.
Valeria Barahona - Medios Regionales
Emily Dickinson es una suerte de fantasma de la poesía estadounidense que no deja de crecer: todos los años sus textos encuentran una forma de ser reeditados, pese a que casi no publicó en vida, junto con sus objetos que se convirtieron en piezas de museo y, ahora, guiños a una moda victoriana que parece regresar.
A esto se añade una serie adolescente, con muchos efectos especiales que acentúan sus versos en Apple TV. Por ese camino transita su coterránea, la poeta y académica Mary Ruefle. Ella observa los pájaros, las nubes y una colección de cabezas reducidas en el Museo del Congo, a través de sus ensayos reunidos en "Mi propiedad privada", publicados en Chile por la editorial Bisturí 10.
En el texto que da nombre al volumen, la finalista del Premio Pulitzer escribe que "dentro de la cabeza humana se encuentra la única libertad que existe para todos, pero muy a menudo esa libertad se vuelve solitaria y aburrida y temerosa, y desea unirse a otra cabeza, a veces tener una cabeza no es suficiente, tener tu propia cabeza da lugar al deseo de la cabeza del otro, por el deseo perfectamente natural de amor y comunión. Pero de la codicia, del deseo de control y poder crece un monstruo, el deseo de tener tantas cabezas como sea posible. Ninguno de nosotros es inmune -quien no quiere más clientes, pacientes, consumidores, lectores-, pero el deseo puede alcanzar proporciones inhumanas".
El libro incluye el texto "Observaciones sobre el suelo", donde Ruefle afirma que "nada, al parecer, hace tan felices a los vivos como una flor. Las flores son de las cosas más esperadas de la tierra. Por eso, separamos la flor del suelo y se la ofrecemos a otro para que la sostenga o la mire. (…) Se plantan flores donde los muertos están enterrados en cajas, pero esas flores nunca se cortan. Eso sería horrible", dice la traducción del argentino Patricio Grinberg ("VHS").
La autora, sin embargo, ya contaba en Chile con una versión en español de sus "Poemas escogidos", publicados como "Mi felicidad", en 2021, por Lecturas Ediciones. Esta selección fue traducida por Sebastián Gómez Matus ("Animal muerto"), quien explica que "es un momento importante para quien escribe poesía cuando se sacan los 'Poemas escogidos', es un destilado de tu carrera, supone un momento consagratorio", y Ruefle "me llama la atención porque es totalmente inadecuada para las formas de producción literaria actuales".
-En Chile sus libros los compran los estudiantes de Literatura.
-En Estados Unidos es muy conocida, se vincula a Dickinson, que es tremenda, y hay una tradición femenina, diría yo, aunque no me gusta verlo así, pero digámoslo, que es muy fuerte allá, pero no se conoce tanto y se lee lo que está traducido… Quizás pasa algo acá con los lectores, no sé por qué, está todo disponible en internet y no se lee.
Gómez agrega que "tengo un amigo gringo, Ian U. Lockaby ("Defensible Space/if a crow"), que es un tremendo poeta, me mostró a Ruefle en Nicaragua, en el atrio de la Iglesia de la Merced en Granada". Así llegó la autora a Chile. Ella da pocas entrevistas, al igual que el traductor, alejado de las redes sociales, donde "por suerte, puedo leer tranquilo o escribir lo que se me canta, como dice Ruefle, 'la ventaja de volverse invisible es que puedes conectar con el auténtico yo'", sonríe.
detalles
-Noté que tanto en Ruefle como en tu poesía hay una relación con las cosas mínimas, el detalle, como describir el brillo de una cucharita.
-Es una especie de marginalia del mundo, todo el mundo tiene cabida en la obra de Mary Ruefle, pero es un mundo (en sí), no es como decir son las cosas pequeñas del mundo, las cosas que pasan desapercibidas, y a raíz de esa marginalia objetual construye poemas un poco parecidos a la parataxis de (Bob) Perelman ("El problema con el genio"), donde todo cabe y está coordinado por la poeta, (…) pero en distintos niveles discursivos y, al mismo tiempo, es interesante porque no hace una jerarquía de los elementos, hace lo que quiere, eso me encanta porque es una poeta muy libre, no tiene que escribir de ningún modo, no tiene que escribir poesía militante, no tiene que escribir poesía feminista, no, es súper delicada su prosa, es una poeta sin adjetivo.
Gómez con esto se refiere a versos como los de "Réplica", donde Ruefle dice "has perdido otra tarde /sentada con amigos imaginarios, /discutiendo el arreglo más simple /posible para un lirio", o en "La belleza es negativa", continúa con "los ciervos pulen sus cuernos /en árboles frutales como una niña /que lustra las manzanas con su pelo", para llegar al poema "Representado en una pantalla", donde "todos los héroes/ que ves cayendo/ fueron filmados tratando de ponerse de pie", frases que resuenan por quizás contacto con un público joven que escucha a Taylor Swift, quien esta semana publicó su disco "El departamento de los poetas torturados".
El traductor agrega que "las lecturas funcionan risomáticamente, si tú quieres. Si uno está leyendo, los libros llegan. La alegría de ser lector es que uno siempre encuentra el libro que quiere leer, de la forma menos esperada". Por ejemplo, el argentino César Aira ("Cómo me hice monja") "es el ideal de escritor, hace lo que se le canta, no responde a los códigos de época y va a perdurar independiente de lo que venga".
-Ruefle igual trabaja como académica en el Bennington College.
-Hace clases, pero creo que la palabra académica no es adecuada, ya que en Estados Unidos muchos poetas cuando son más conocidos trabajan en universidades, no necesariamente en escuelas creativas. No sé bien qué hace en la universidad, es como, idea, un taller de un semestre. Además, nunca tuvo hijos, entonces de repente vive más cómoda, en Vermont, con su pareja, el también poeta Michael Burkard ("Desvelado").
Gómez prepara el lanzamiento de "El descenso de Alette", de Alice Notley, "una poeta con una épica feminista a contrapelo, (…) donde trata de inventar una forma eminentemente femenina en un género históricamente masculino, el que vive la aventura siempre es un hombre. La protagonista es una mujer en un descenso a un mundo prefísico, donde los elementos están trastocados".