Las carencias que impulsan a la pesca artesanal a movilizarse
La última movilización de los trabajadores de mar dejó al descubierto la crisis que este sector viene arrastrando en la provincia. La marea roja del 2016 marcó un antes y un después en la realidad de miles de familias, escenario que en la actualidad se ha visto aún más acentuado con la pandemia del covid-19.
Al margen del problema puntual que afecta hoy por hoy a los pescadores artesanales de Chiloé, referente a poder ser incluidos en el Bono Alivio Pyme, lo cual motivó que los trabajadores salieran a las calles durante la semana a manifestarse -fundamentalmente en las comunas de Ancud y Chonchi-, es amplio el debate respecto a la gran cantidad de inconvenientes que este sector productivo en la zona ha debido enfrentar en los últimos años.
Frente a los impactos y conflictos provocados por la marea roja del 2016, un fenómeno inesperado por su intensidad y duración, que desencadenó a la postre el recordado 'Mayo chilote', la pandemia del nuevo coronavirus ha resultado como un potente catalizador para visibilizar y poner nuevamente en el centro de la discusión las problemáticas que enfrenta este rubro, probablemente uno de los más importantes del Archipiélago.
Uno de los aspectos más visibles que ha quedado en evidencia es la debilidad estructural que presentan las diferentes áreas ligadas al trabajo en el mar, y en particular aquellas asociadas a la extracción de recursos como buzos mariscadores, recolectores de orilla, algueros, entre otros.
Social
Los desafíos de gestión de la pesca artesanal no son por cierto nuevos, y se relacionan con normativas pesqueras actualmente insuficientes y que no contemplan de un modo satisfactorio el componente social de esta actividad.
Ello es perceptible desde el momento en que a juicio de los propios hombres de mar, el Estado no ha contemplado soluciones en épocas donde la actividad se ha visto fuertemente afectada. El agotamiento de recursos como consecuencia de distintos agentes, ha expuesto con crudeza las dificultades que posee el gremio para enfrentar este tipo de escenarios, sin soluciones oportunas para este rubro, algo que seguramente requeriría de importantes modificaciones a nivel institucional.
En específico, por ejemplo, las consecuencias desde el punto de vista ambiental de lo ocurrido en el 2016 fueron irremediables, lo que a la postre trajo consigo un desastre socioeconómico de proporciones para las miles de familias que quedaron si su fuente de ingresos.
A consecuencia de aquello es que las distintas agrupaciones de pescadores, y toda persona que trabajaba con recursos marinos decidieron levantar un petitorio con demandas para que el gobierno de la época liderado por Michelle Bachelet, pudiera aceptar. La lista incluyó la inyección de fondos para la implementación de proyectos de absorción de mano de obra, además de que todos los beneficios se entreguen directamente a las organizaciones sociales. ¿Cuál es la evaluación que se hace luego de 5 años?
Para Pablo Oyarzo, presidente de la Mesa Marea Roja de Ancud, la evaluación no es del todo positiva. "La evaluación hasta este momento es irregular; hemos tenido bastante ayuda en los comienzos, hasta incluso dos años atrás, antes que empiece la pandemia, hemos tenido hartos proyectos económicos en el sentido de tener trabajo para la gente, como los PMU, FRIL y en este tiempo de pandemia se ha hecho difícil poder tener estos proyectos en camino", afirmó.
La crisis multiplicó la tasa de desempleo en la zona. Para enfrentar ese escenario, el Gobierno y los dirigentes artesanales proyectaron una serie de iniciativas para impulsar la reconversión laboral. ¿Cuánto de aquello se cumplió?
"Un 20% de la gente de mar ha optado por otros trabajos, el otro 80% está en Ancud trabajando, como también hay una población flotante bastante considerable en distintas parte de la Isla, desde Quemchi para allá. Hay por lo menos unas 130 embarcaciones que están trabajando fuera de nuestra ciudad", detalló el dirigente.
Arrastre
Patricio Guaiquil, representante del Sindicato de Pescadores Artesanales de Ancud, es un viejo lobo de mar como se diría en la jerga. Reconoce la actual depresión que vive su sector y está consciente que gran parte de los problemas comenzaron a partir de los sucesos del 2016.
La falta de recursos ha mermado considerablemente la producción de la pesca artesanal y prácticamente paralizado la industria en torno a este verdadero drama.
"No hay productos, yo soy buzo, por eso lo digo. Yo iba a Ancud y sacaba 150 o 200 kilos, ahora usted va a sacar 50 kilos, afectó mucho, mucho. La gente de Cucao quedó totalmente afectada porque ellos no tienen machas, no tienen nada. Hay una demanda que hizo la marea roja al Estado, y esa demanda tiene que seguir, porque ahí fuimos afectados todos los pescadores. No se olviden que nosotros somos el patio trasero de Chile, así le colocamos nosotros", dijo la fuente.
Valeria Naín, presidenta de la Asociación Epu Mari Kewpu Likan de Cucao, dejó en claro que "desde el 2016 con la marea roja a nosotros como sector de Cucao se nos murieron tres toneladas de machas, el Gobierno en ese entonces y los gobiernos regionales se comprometieron a generar programas para Cucao y programas que nunca se concretaron, programas que hoy en día en las sesiones del gobierno regional, nos damos cuenta que ese programa ni siquiera existe, que no hay detalles de esos programas".
Bajo esta premisa, agregó que "solamente un número de fichas, pero no hay nada más que diga que hubo un programa, y a quién iba dirigido".
La líder social fue enfática al explicar que los mariscadores trabajan bajo el alero de cuatro organizaciones sindicales, alcanzan a alrededor de 460 personas, con una importante participación de unas 200 mujeres asociadas. La urgente solicitud de ayuda económica para las familias que se están viendo afectadas por la escasez de la macha, también es una de las temáticas sin resolver por ahora y con un futuro incierto por delante.
"Nosotros buscamos, anhelamos el bono universal, también queremos que el Gobierno nos ayude para ver este tema de la escasez de la macha, porque si bien puede ser por 2 años, también puede ser por 5 o 7 años más. Nosotros como sector necesitamos reinventarnos, porque lamentablemente vamos a tener que aprender quizás nuevos oficios, dedicarnos al turismo, la gastronomía, pero algo vamos a tener que hacer para salir adelante como sector", esgrimió.
Reinventarse
Similares declaraciones tuvo Cecilia Paredes, presidenta de la Agrupación de Mujeres Pescadoras Domo Lafken de Cucao, quien también ve al concepto de 'reinvención' como una de las salidas a la crisis.
"Como recolectores de orilla la gente está totalmente en el abandono. Hay escasez tremenda de recursos, la gente está viviendo solo del bono IFE; entonces necesitamos urgentemente reinventarnos, tanto varones como mujeres, y es la ayuda que también estamos solicitando a través de los entes comunales", concluyó la dirigenta chonchina.
"Como recolectores de orilla la gente está totalmente en el abandono".
Cecilia Paredes, Agrupación de Mujeres Pescadoras Domo Lafken de Cucao.
"No hay productos, yo soy buzo, por eso lo digo. Yo iba a Ancud y sacaba 150 o 200 kilos, ahora usted va a sacar 50 kilos, afectó mucho, mucho".
Patricio Guaiquil, representante del Sindicato de Pescadores Artesanales de Ancud, ante la crisis del sector.