Ignacio Silva - Medios Regionales

Hubo unas cuantas semanas, durante el comienzo de este año, en que José Antonio Raffo estuvo al borde del colapso.

"Fueron días bien intensos, la verdad. Estábamos preparando el estreno de la obra, ensayando todos los días, y yo estaba grabando "Amar profundo" en paralelo, así que grababa toda la mañana y toda la tarde ensayaba. Cero vida", recuerda el actor ahora, con cierto toque de humor.

La obra a la que hace alusión el intérprete es "El violinista en el tejado", un taquillero musical original de Broadway ambientado en la zona de asentamiento de la Rusia imperial alrededor de 1905 y que, luego de posponer su estreno local en 2019, debutó en el Teatro Municipal de Las Condes, en Santiago, en abril.

Allí, Raffo da vida a Perchik, un estudiante universitario idealista y revolucionario que genera un marcado contraste con Lizardo Gaete, el ingenuo personaje del actor en "Amar profundo", la teleserie de Mega que aunque se terminó de grabar a comienzos de abril sigue en pantalla.

"El contraste entre ambos personajes es súper evidente, porque Lizardo es un personaje súper ingenuo, creyente. Pero eso de tener que ser tan versátil es parte del trabajo del actor. Por ese lado no hay problema; el problema fue que hacer ambas cosas en términos de agenda estuvo heavy", evalúa el intérprete de 30 años.

"La obra es físicamente muy exigente y de verdad casi colapso, pero hacer muchas cosas a la vez está en la naturaleza del actor chileno. Y en mi caso, siempre estoy en varios proyectos a la vez", confesó.

Más que una impresión lo de José Antonio Raffo son datos concretos: el actor, que debutó en televisión con "Pobre gallo" (2016) y que en medio de la pandemia lanzó una plataforma de entrenamiento físico, por estos días prepara una nueva obra con Equipo TV, su propia compañía, y tiene varias fechas agendadas con Témpera, banda de rock de inspiración psicodélica de la que forma parte (@temperamusica en Instagram).

"Lo primero que quiero hacer es terminar de la mejor forma las funciones de "El violinista en el tejado". Luego de eso voy a parar un mes y voy a hacer un viaje. Y ya para agosto vamos a estar estrenando con mi compañía esta obra que se llama "Atlantium"", enumera. "También tengo un proyecto de cine que voy a grabar en octubre, y seguramente a lo largo de todo este tiempo en algún momento también va a llegar un nuevo proyecto televisivo que voy a tener que ver si me da la agenda para hacerlo o no. Pero ojalá que sí porque es un trabajo tan entretenido y también es una oportunidad para reencontrarse con muchos compañeros".

Hiperquinético

-¿Sueles tener tantas cosas en carpeta? ¿Cómo se logra hacer todo?

-Naturalmente yo soy una persona hiperquinética, entonces necesito estar en movimiento. Por eso en el fondo siempre me he llevado bien con tener una agenda ocupada. De cierta manera, algunas veces igual me pasa la cuenta, pero creo que tengo la madurez como para darme cuenta de cuándo me tengo que detener y descansar. Pero no sé, yo creo que soy un animal del escenario. Necesito estar en un escenario para sentirme tranquilo. Y no lo digo desde una cosa de sobreexposición ni de tener una soberbia de mostrarme, sino más bien de una cuestión vocacional.

-En ese sentido, ¿cómo te pegó el período más álgido de la pandemia?

-Yo creo que pasé por dos fases súper concretas. En un inicio sentí que todo se detuvo y que lo único que faltaba era la apocalipsis zombi como para completar la tragedia. Pero fue rico en un inicio, como que sentí el llamado, como que el universo te pega una patada y te obliga a detenerte. En un momento lo sentí como un regalo, el poder parar, reflexionar, hacer la pega y entender que esto más que una prisión podía ser una oportunidad. Y viví ese proceso y fue súper fructífero en mí. Lo disfruté, descansé de verdad, también tuve la oportunidad de poder estar más tiempo con las personas que quiero.

Y después vino esta situación en la que uno se vio un poco más entrampado, como que no había forma de que se acabara. Lo que en algún momento fue un regalo se transformó en una prisión. En ese momento fue cuando decidí que tenía que empezar a interactuar con esta nueva realidad, y ahí empezaron a pasar cosas como la plataforma de ejercicios y las cosas por Zoom que estuve haciendo durante la pandemia: estuve trabajando con algunos amigos en algunas charlas, le dimos mucho movimiento a la producción de la banda. Entonces estuve súper ocupado, aunque con menos plata por supuesto, pero manteniéndome vigente.

-Decías que tienes proyectos en teatro y cine, y que probablemente lleguen de televisión. ¿Te gusta más el teatro o la tele? ¿O no se pueden separar?

-Bueno, yo creo que cada uno de esos formatos tiene algo que el otro no. A mí me atrae mucho la energía escénica, sea cual sea su formato y sea cual sea su nivel. Entonces no sabría decir qué es lo que me gusta más. He tenido más experiencias en televisión y en teatro que en cine, entonces quizás el cine y las series son formatos que me llaman la atención más, para poder aprenderlos mejor. Pero en el fondo disfruto de hacer personajes.

"A mí por sobre todo me atrae mucho la energía escénica, sea cual sea su formato y sea cual sea su nivel".

José Antonio Raffo de Jara,, actor, músico y cantante.