Muere Jorge Edwards, Premio Cervantes y Nacional de Literatura
El novelista, ensayista y columnista, una de las figuras claves de las letras hispanas, falleció a los 91 años en España.
Agencia EFE / L. R. C.
Jorge Edwards Valdés, uno de los escritores chilenos más laureados de los últimos años, falleció en España, donde residía y del que tenía la nacionalidad desde 2010.
Edwards, galardonado con el Premio Cervantes (considerado el "Nobel de las letras hispanas") y el Premio Nacional de Literatura, es considerado una de las grandes plumas de la lengua española, sagaz, y decidida, que arrancó como afinado cuentista y se transformó con el paso de los años en un novelista reconocido, ensayista y columnista.
Nacido en Santiago en 1931, estudió en el colegio San Ignacio -donde según denunció en 2012 fue objeto de abusos sexuales por parte de un sacerdote de Cádiz- y se graduó en la facultad de Derecho de la Universidad de Chile, aunque sabía que las leyes no eran su verdadera pasión.
Pronto se demostró con la aparición en 1952 del primer libro "El patio", un volumen de cuentos con el que cosechó los primeros aplausos y que le catapultó hacia la novela.
La primera en aparecer fue "El peso de la noche", la historia de una familia de clase media que se adentra en los vericuetos de la decadencia -uno de los temas transversales de su obra- y en la que la política -otra de sus obsesiones- se hace presente de forma sutil pero muy decidida.
Después le seguirían obras muy aplaudidas como "Los convidados de piedra" (1978), "El museo de cera" (1981), "El sueño de la historia" (2000) y "La casa de Dostoievsky" (2008), con las que atravesó fronteras y lo convirtieron en una de las voces líderes de la llamada "Generación del 50" junto a José Donoso, Enrique Lafourcade y Claudio Giaconi, un grupo de escritores a los que se compara con clásicos de la literatura estadounidense como Walt Whitman, Ernest Hemingway y William Faulkner y que se colocan en la línea narrativa y estética de los rusos León Tolstói y Fiodor Dostoievski.
Tenía gusto por lo que sucedía en el interior de las casas frente a la tendencia anterior, de estilo criollo, que se enfocaba en el costumbrismo, el paisajístico y las tradiciones.
Diplomático
Menos mentada es su faceta de diplomático, carrera a la que se sumó en 1954 y que tuvo su primer gran momento destacado en 1970, durante el inicio del gobierno de Salvador Allende, quien confió en sus dotes para retomar las relaciones con Cuba.
Sin embargo, la afinidad de Edwards con intelectuales de la oposición castrista condujo al líder cubano Fidel Castro a considerarle persona "non grata", título que utilizó para encabezar un libro de memorias sobre esos días.
El libro tuvo el mérito de ser prohibido tanto por el gobierno cubano como por el chileno, además de granjearle la enemistad de las fuerzas políticas de izquierda y creó una gran polémica entre los escritores latinoamericanos
Amigo de Pablo Neruda, escribió un texto sobre el vate titulado "Adiós poeta: Pablo Neruda y su tiempo" (1990); y una novela inspirada en su figura, "Oh, maligna" (2019).
En 1973, poco después del golpe de Estado contra Allende, viajó a Madrid, donde vivió y trabajó durante un lustro.
De vuelta a Chile en 1978, se integró en la Academia Chilena de la Lengua y contribuyó a la fundación del Comité de Defensa de la Libertad de Expresión. En 1988 fue uno de los fundadores del movimiento político Independientes por el Consenso Democrático y, acabada la dictadura el Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle lo nombró embajador ante la Unesco (1994-1996).
En 2000 recibió el Premio Cervantes de manos del entonces Rey Juan Carlos, que en su discurso dijo que Edwards era "un hombre que es un paradigma del Chile moderno, americano, pero también europeo de adopción. Civilizado y pulcro, pleno de curiosidad por el hombre y por el mundo, intelectual de amplios horizontes y comprometido con la defensa de las libertades individuales. Él ha vivido la historia de su país durante los últimos cuarenta años con plenitud y coherencia".
El homenajeado dijo en esa oportunidad que los premios pueden "ser bastante peligrosos, porque es una presión fuerte sobre la intimidad de la persona y uno se ve asediado por entrevistas, por cosas que lo sacan de la intimidad. Y la literatura se escribe en el silencio del escritorio y de la madrugada. Así que también hay que luchar. Un premio tiene su precio y hay que sobreponerse a eso, hay que tener carácter para volver a trabajar".
Ese año, el Presidente Ricardo Lagos lo condecoró también con la Orden al Mérito Gabriela Mistral y publicó su libro "El sueño de la historia", inspirado en la vida del arquitecto del Palacio de La Moneda, Joaquín Toesca.
En 2010 fue designado embajador en París por el gobierno de Sebastián Piñera, a quien Edwards había apoyado públicamente en la campaña, y España le concedió la nacionalidad por carta de naturaleza.
Además del Cervantes, recibió el Premio Nacional de Literatura (1994), el Premio Municipal de Literatura de Santiago (1991) y el Premio Planeta-Casa de América (2008), entre otros galardones.