Perros asilvestrados: el enemigo que golpea los campos de nuestra región
Agricultores de las provincias de Llanquihue, Osorno y Chiloé relatan que estos canes ingresan a sus propiedades para matar a los bovinos, ovejas y aves de corral. Por lo mismo, claman a las autoridades para que se preocupen de este problema y cuestionan que no se hubiera avanzado en la ley que permitía su caza.
"Esta semana me he levantado tres veces entre la 1 o 2 de la madrugada, porque pasadas las 23 horas llegan los perros asilvestrados para atacar a mis animales, quienes comienzan a correr para arrancar. Entonces el cuidador despierta, me llama y tengo que ir, ya que de lo contrario, los matan".
Es el relato de Alberto Neumann, agricultor de Puerto Varas, que desde hace 15 años tiene que hacer frente a los problemas que le ocasiona esta clase de canes, los que -en promedio- le matan unos 14 animales al año.
Una situación que se ha tornado frecuente en los sectores rurales de las provincias de Llanquihue, Osorno y Chiloé y que tiene a los agricultores bastante complicados. Por ello emplazan a las autoridades para que aborden este conflicto que les genera millonarias pérdidas al año.
Los afectados critican que la Cámara de Diputados rechazara -a mediados de abril- la idea de legislar el proyecto que buscaba declarar a estos perros como una especie exótica invasora y así permitir su caza.
Malestar que expresa Eduardo Schwerter, presidente de la Asociación Gremial de Empresarios Agrícola de la Provincia de Llanquihue (Agrollanquihue), quien confiaba que se hubiera registrado un progreso en esta materia, pero "se negó la posibilidad".
Ante ello, dice, que ahora lo relevante es visibilizar esta problemática, puesto que el daño que ocurre en los campos, a causa del ataque a los ovinos, bovinos y aves de corral, afecta los ingresos de los productores.
Schwerter cuestiona que no existan avances en el control de esta especie y que no se cuente con herramientas para enfrentarlo. "La ley de tenencia responsable no ha dado soluciones porque la gente no se responsabiliza de sus perros", apunta.
En su reclamo, alega, que la "gente, en la ciudad, cría perros mientras son chicos, pero cuando crecen los abandonan en los caminos rurales, porque no tienen dónde tenerlos. Y desde ahí llegan a los campos, arman jaurías y atacan lo que encuentran a mano para alimentarse".
Infraestructura
Neumann, en tanto, reclama que no solo pierden a sus animales, puesto que también destruyen los cercos y las praderas de sus predios.
En su relato, narra que la fauna silvestre "está desprotegida ante estas jaurías que circulan a diario y que andan cazando liebres, pudúes y todo lo que encuentran a su paso, lo que no es considerado por ninguna autoridad".
Añade que "lo que más me llama la atención es que todos hablan del cuidado de los perros, pero nadie se preocupa del dolor de los animales productivos que son mutilados o muertos de a poco. No tienen un valor (…). Es el mundo al revés".
A su vez, la agricultora Mirna Hernández, quien es presidenta de la Unión Comunal Urbana de Dalcahue y de la Federación de Uniones Comunales de Chiloé, alega que se trata de un inconveniente que se arrastra de años y que se debe también a la "tendencia irresponsable de los propietarios" de los perros.
En lo personal, la chilota cuenta que en lo que va de este año han perdido 18 ejemplares. En su relato, detalla que los ataques se han registrado de noche y que los canes, aparte de matar, "dejan heridos a otros animales, los que debido a su gravedad fallecen posteriormente".
Además, recuerda que en 2018 un grupo de unos 18 agricultores perdió ovinos y bovinos. En total, más de 1.800 cabezas.
"Mataron todo"
Pedro Bollmann, pequeño agricultor de Puyehue, relata que los perros pasaron unas tres veces por su propiedad y "me mataron todo: las ovejas, los corderos. Todo. Como 70 animales en agosto del año pasado. Pero recientemente arrasaron con lo que nos quedaba. Unos nueve corderos (…). No quedó ninguno".
En total, sus pérdidas bordean los cinco millones de pesos, que es lo que estima que debería invertir para recuperar lo que perdió.
Félix Cancino, agricultor de San Juan de la Costa y presidente de la Federación Ovina de Chile, enfatiza que se tiene que abordar por medio de una legislación la responsabilidad con las mascotas.
Adjunta que hay personas que cuando llegan a vivir a parcelas, lo hacen carentes de "una cultura rural y, por lo mismo, dejan a sus animales sueltos".
Recuerda que en la agrupación que preside hay pequeños agricultores a los que les han asesinado 15 a 20 ovejas de una pasada. Y si queda alguna viva, "la matan la semana siguiente".
Advierte que "lo más grave ocurre cuando aparecen los señores animalistas que no son responsables de lo que significa cuidar a los animales. Por ejemplo, en Osorno, pasan a darles alimentos a los canes que están en la calle y sin ningún manejo, sin saber si tiene o no alguna enfermedad".
Por lo mismo, acusa irresponsabilidad de las autoridades y de la comunidad, "que creen que hacen un bien ayudando a los perros, cuando está fomentando un problema".
"Nos tocó a nosotros"
Javier Cabello, presidente del Centro de Conservación de la Biodiversidad Chiloé Silvestre, reitera que esta organización no gubernamental cuenta con un centro de rehabilitación de fauna silvestre y que la mitad de los pudúes que ingresa al recinto lo hace tras ser atacada por perros, pero no asilvestrados, "porque tienen algún propietario".
El médico veterinario lamenta que canes de este tipo ingresaran a su recinto, en el sector rural ancuditano de Nal Bajo, y dieran muerte a dos pudúes (Pudini y Pullü) el pasado 27 de abril. Tras ello se realizó la denuncia a Carabineros. También, según cuenta, llegó personal del Servicio Agrícola Ganadero (SAG), dado que se trata de una especie protegida.
El llamado de Cabello es a las autoridades y al Estado para reconozcan la relevancia que tiene la fauna silvestre. "Hay leyes para protección de mascotas, lo que me parece súper bien, lo mismo que la ley de maltrato animal. Pero no hay ninguna que diga qué pasa con la fauna silvestre", enfatiza.
En tanto, Teresa Álvarez, presidenta de la Junta de Vecinos Los Radales de Puyehue, revela que los vecinos solicitaron ayuda para ver qué se podía realizar frente a este problema, puesto que les mataron sus terneros y ovejas: "Es terrible".
La dirigenta expone que se contactaron con Carabineros, pero no "se puede hacer nada. Estoy de acuerdo que se proteja a los animales, pero a estos perros hay que encerrarlos, llevarlos a otros lados, donde no dañen a nadie; acá todos son agricultores".
"Mutilados"
Arturo Gebauer, agricultor de Puerto Octay, describe que se trata de un problema que ha venido en aumento durante los últimos cinco a seis años, a causa -en parte- de las parcelaciones, debido a que se "juntan tres a cuatro perros para hacer daño y luego vuelven a sus hogares".
Añade que en el caso de los asilvestrados, estos atacan de noche o a cualquier hora de la mañana y producen graves mutilaciones a terneros, que producto de sus heridas los terminando sacrificando. "Lo lamentable es que ninguna autoridad se atreve a abordar esta situación, en circunstancias que debemos conservar nuestra fauna silvestre", manifiesta.
Por lo mismo, cuestiona que no surgiera la ley (para cazarlos): "En Santiago, sentados tras un escritorio, en un sillón, desconocen lo que pasa en el campo".
En su exposición, resalta que todos los días los animales andan "arrancando y salen al camino con el riesgo de causar accidentes y, por lo mismo, hay que tomar medidas".
En su caso, menciona que perdió la cuenta del daño a su propiedad. "Debo tener unas 30 fotos de animales mutilados, que no pueden comer y que hay que sacrificar después. Ahora, el personal del campo tiene más trabajo, puesto que deben estar constantemente arreglando los cercos, juntar los animales y separar los lotes, en fin. He perdido unos 30 a 40 animales en el lapso de dos años".
En cuanto a la solución, estima que no pasa por la esterilización de las hembras, porque seguirán siendo asilvestradas y mantendrán su instinto de caza: "Hay que tener un mayor control con esta especie. Tiene que existir un período de caza".
"Uno no sabe qué hacer"
La noche del viernes de la semana pasada a Mario Marchant, agricultor de Puerto Varas, estos perros le mataron dos terneros: "Uno no sabe qué hacer (...). Uno no puede tener a todos los animales al lado de la casa (...)".
Expresa que los ataques se producen de noche o amanecida, en el fondo, "cuando todo está en calma, cuando no anda nadie, ni cuando hay ruido.
Suma que de preferencia los canes agreden reses más nuevas, como terneros de 240 a 250 kilos: "Los encuentras heridos, por lo que hay que sacrificarlos, dado que no tienen ninguna posibilidad de vivir. Los dejan sin orejas o sin nariz".
Describe que se trata de jaurías que "andan dando vuelta y se esconden en el día". En su caso, detalla que en dos años ha perdido 24 vacunos, entre los que fueron muertos o que tuvo que sacrificar, lo que se traduce en más de $12 millones.
Así también apunta que atacan "las vacas cuando están pariendo y se comen al ternero".
Por ello clama por soluciones y alega que "la gente que no lo ha vivido no tiene idea", ya que producto de esta situación "no se puede tener siembras de papas o de trigo, porque al atacar los perros, los animales (ganado), asustados, chocan contra los cercos y los destruyen, aparte de sufrir heridas y caer a las cunetas de drenaje".
"Hay leyes para protección de mascotas, lo que me parece súper bien, lo mismo que la ley de maltrato animal. Pero no hay ninguna que diga qué pasa con la fauna silvestre".
Javier Cabello, presidente, de la ONG Chiloé Silvestre.
19 mil 473 es el número de la Ley de Caza, a la que se quería apelar con un proyecto que no visó la Cámara de Diputados, en abril.