Aunque ayer hubo un alto, ya se han efectuado ocho de las once actividades que organizó la Municipalidad de Quinchao por el Día de la Madre en esta comuna conformada por 10 islas habitadas.

El programa de seis jornadas comenzó en la mañana del miércoles en el gimnasio de Linlín, para proseguir en la tarde en la Escuela Rural de Llingua. Al día siguiente, hubo encuentros en el gimnasio de la Escuela San Francisco de Meulín y también en Quenac.

Y mientras el viernes fueron festejadas las mamás en las islas Apiao, Caguach y Teuquelín, el sábado fue el turno del radio urbano, con la tarde preparada en el Gimnasio Fiscal de Achao.

La última ocasión estuvo liderada por el alcalde René Garcés y otras autoridades locales, además de las vecinas honradas que llegaron desde diferentes sectores.

En el mismo recinto se realizó una nueva versión de la "Expo Mujer", convocada por el municipio con el propósito de apoyar a las emprendedoras y la venta de sus productos dedicados a las progenitoras.

"Hemos querido cambiar el sentido de la celebración del Día de la Madre, llevando música y un momento de entretención a cada isla, porque nos interesa cambiar la situación de las islas que históricamente han estado desplazadas, que es lo que esperamos cambiar", aseveró el jefe comunal.

Garcés (indep.) agradeció a las vecinas "todo lo que cada una de ustedes ha podido entregar por el desarrollo y progreso de Quinchao, a través de sus actividades como jefas de hogar, emprendedoras, comerciantes, dirigentes sociales, campesinas, pescadoras y tantos otros roles que contribuyen al progreso de nuestra comuna".

Entre ellas, Isabel Huenchur dijo que "estuvo muy linda la actividad, lo pasamos muy lindo", mientras que Nolfa Legue acotó: "Me voy feliz a mi hogar".

Los itinerancia de agasajos a las madres de la comuna sigue hoy a las 11 horas en la Escuela Capilla Antigua de Chaulinec y a las 15 horas en el Gimnasio de Alao, para regresar a isla Quinchao mañana martes, donde el ciclo terminará desde las 15 horas en el Centro Diurno del Adulto Mayor de Achao.

Coletazos del conflicto en la macrozona sur

Cada semana tiene su afán y la que estamos dejando atrás estuvo marcada por las movilizaciones de los transportistas. Esta vez, la toma de las carreteras por parte de camioneros forestales en la macrozona sur dio lugar a una seguidilla de consecuencias indeseadas.

La violencia vivida en las regiones de La Araucanía y Biobío en torno al conflicto entre el Estado y el pueblo mapuche -o una parte de él- no ha dejado indiferente a nadie. Los recientes sucesos han incrementado la percepción de inseguridad no solo para quienes habitan dicho territorio, sino que se ha transformado en un asunto de repercusión nacional. Tal como ha sido planteado por otras autoridades, nos enfrentamos a situaciones nunca antes vistas porque el nivel de violencia, lejos de apaciguarse, se acentúa a diario.

¿La solución? Nadie nunca la ha tenido, ni los gobiernos anteriores ni el que está recién comenzando han podido instalar paz en la macrozona sur. Por el contrario, las noticias son cada vez más catastróficas, y no hablo solo de la crudeza de los relatos de los implicados, o de las condiciones inhumanas a las que están expuestos civiles y uniformados. Me refiero a que esta escalada ha avanzado a tal punto que incluso ha llegado a perjudicar el desarrollo de las demás comunidades del país. Hablaré en específico de cómo este conflicto ha afectado a la comuna de Ancud.

Para nadie debiese ser novedad que nuestra comuna no cuenta con un sitio de disposición final de residuos sólidos domiciliarios, razón por la que el municipio lleva dichos residuos hasta la comuna de Los Ángeles, en la Región del Biobío. Sucede que funcionarios de nuestro municipio deben viajar diariamente atravesando la macrozona sur cuyos ataques incendiarios son cada vez más frecuentes y ponen en riesgo la integridad de los trabajadores. Como si esto fuera poco, el tránsito por las carreteras fue interrumpido. Cuando los camioneros forestales deciden cortar las rutas que unen a Chile, no están solo protestando contra la inseguridad que sufren individual y colectivamente, también están demandando soluciones, pidiendo medidas para su protección, para volver a transitar libremente por las carreteras.

Sin embargo, los daños colaterales no tardaron en aparecer y en la ocasión las consecuencias atentaron y vulneraron los derechos fundamentales de otros miles de chilenos y chilenas.

Pérdidas

Pierde Chile cuando en alguna parte de nuestro territorio los ataques armados quitan vidas a diestra y siniestra, cuando personas enfermas no pueden acceder a prestaciones hospitalarias debido a los bloqueos en las carreteras o cuando el pueblo mapuche es juzgado o maltratado por el accionar de un grupo radicalizado. De la misma manera, pierde la comunidad ancuditana cuando por contingencias externas a la voluntad de la autoridad comunal se condiciona la recolección de sus residuos sólidos domiciliarios, poniendo en riesgo la salud de sus habitantes.

Cuando se trata del bienestar de las personas no existen izquierdas ni derechas, y cuando se trata de defender los intereses comunales no tengo colores políticos que me nublen la vista. El Estado abandonó a Ancud cuando no nos entregó una alternativa viable para la disposición final de residuos sólidos domiciliarios, obligándonos a disponer fuera de la Isla, asimismo como hoy ha abandonado a los trabajadores, familias, niñas y niños que viven en la macrozona sur.

Más allá del acuerdo transversal entre todas las fuerzas políticas para contener la violencia en el país que el Presidente Boric ha planteado recientemente, lo que se necesita con urgencia son políticas de Estado que terminen con el clima de caos con el que despertamos y nos acostamos todos los días.

"El Estado abandonó a Ancud cuando no nos entregó una alternativa viable para la disposición final de residuos sólidos domiciliarios, obligándonos a disponer fuera de la isla, asimismo como hoy ha abandonado a los trabajadores, familias, niñas y niños que viven en la macrozona sur".

Carlos Gómez Miranda, alcalde (indep.) de Ancud